Digamos lo que digamos
no nos pertenecemos
más allá de un rato al día
que casi nos coge durmiendo
poblados de sombras
que se alargan en soledad
las fuerzas fundidas
para la aleación resistente
no me digas que se acaba
esta paz que me entregas
con cada roce que se escapa
a las prisiones de los días
nuestros relojes sincronizados
para asaltar nuestros cuerpos
las órdenes del cerebro
las maneja el corazón
tocándonos como barro
del que queremos crear deseo
pura imaginación de los dedos
nos estallan como minas
figúrate que ya ni lo intento
porque me he retirado de los concursos
de posturas difíciles
y amantes de riesgo
tomo los momentos en secreto
cada vez más desnudo de mí
encendido con tarifa nocturna
reduciendo facturas, ahorrando energía
porque quiero durar para ti
con máximo beneficio y bajo coste
tener a tus accionistas contentos
para que sigan invirtiendo en nosotros
pero si nos destruyen
que sepas que fuiste cierta
quizás no más que un trozo
de luz arrancado al sol
un vaso de agua en la noche
el lado lleno de la cama
la infancia devuelta en cristal
que podía ver tras tus ojos.
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