A nada que te hacen caso
ya crees que te aman,
se te iluminan los ojos
se te seca la garganta
trazas planes cada vez más ambiciosos
y sales a pecho descubierto
a recibir promesas que nadie te ha hecho.
Empujado por un viento nuevo
crees ver tu oportunidad
de tener un refugio donde hacer fuego
y contar por millones los buenos momentos.
A nada que te hacen caso
retas a la soledad a duelo,
mantienes firme el pulso
hasta que oyes su carcajada
y ya no sabes donde apuntar.
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