De vez en cuando viene a visitarme un tipo
que me dice que he perdido facultades
que ya no quiero arriesgar
y que debería empezar de cero
El tipo me habla cuando me acuesto
y en lugar de caricias me hace reproches
repasa errores y ajusta las cuentas
espero sus palabras como una manguera a presión
que desprende la costra de mi pared
y todo lo que parezco durante el día
corre calle abajo buscando un desagüe.
Sus frases son cortas y lacerantes
afiladas con la paciencia del experto
acabo por pensar que todo es merecido
y me dejo invadir por un lago sin fondo
Salen nombres con agujeros
papeles oxidados por los extremos
frases con comillas e interrogaciones
muchas interrogaciones.
El tipo que viene a verme no da consejos
tras hablarme me enseña un calendario
apaga la luz y se introduce en un cofre
sin desearme siquiera buenas noches.
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